Es una novela para chicos a la que se puede volver a todas las edades por la riqueza de su contenido y porque tiene varios niveles de interpretación según la cultura del lector.
Puede leerse como una novela en la que un niño solitario se ve involucrado en una gran aventura y penetra en el mundo de la fantasía para salvarlo de la Nada, pero quien se quede sólo con esa parte, se habrá perdido todos los simbolismos de LA HISTORIA INTERMINABLE.
Michael Ende siguió la tradición de los grandes autores de textos infantiles, como Tolkien y CSLewis, pero también se inspiró en el surrealismo de Salvador Dalí, en los cuadros de del Bosco, y, aunque no lo dijo, también en las obras de su padre, Edgar Ende, que fue un de pintor alemán reconocido.
Ende no quiso ser original pero sí fue muy creativo, y su obra es fruto de la gran cultura y la cantidad de libros que él debió leer antes de redactar su novela, por ejemplo Las Mil y Una Noches, colección de cuentos orientales en los que una joven le narra historias inconclusas al Califa para que este la deje vivir una noche más y las acabe. Como sabemos, en LA HISTORIA INTERMINABLE se van creando las historias a medida que el protagonista las va imaginando, o mejor dicho las va nombrando: las va poniendo en palabras, lo propio del ser humano. El lenguaje va construyendo la realidad.
Por otro lado, Ende recrea la mitología ideando personajes tomados de los griegos o de los escandinavos pero al personaje que más tiempo le dedicó en sus descripciones fue a Bastián, un niño que llevará adelante la acción de la obra.
Bastián es un chico gordo, no muy buen alumno, que sufre la discriminación de sus compañeros. Es un solitario que está angustiado por la muerte de su mamá y a quien el padre, que también está pasando su duelo, no hace mucho caso. La gran afición de Bastián es leer y en los libros se refugia.
Al comenzar la novela lo descubrimos entrando a una librería en la que el malhumorado señor Karl Koreander se muestra poco amigable. Sobre el escritorio del viejo Bastián ve un libro de tapas cobrizas en el que hay dos serpientes, es LA HISTORIA INTERMINABLE. En ese momento el chico descubre que él tiene que leerlo y por eso “lo toma prestado” sin que su dueño se entere.
A partir de ahí, el narrador en tercera persona, hará correr en paralelo dos historias, la del lector escondido, Bastián, y la de Atreyu, el chico de piel verde que debe salvar a Fantasia de la Nada. En esos dos mundos uno necesita al otro para existir. Atreyu es el protagonista de la primera parte de la novela, al modo de la Odisea (en la que Ende se inspiró) irá sorteando problemas hasta que el AURYN sea pasado a Bastián.
Fantasia es amenazada por la Nada, esto simboliza que los hombres ya no tienen imaginación, olvidan el mundo de la fantasía porque todo debe ser “razonable”. Bastián lee, escondido en el desván del colegio, que ese mundo está esperando a un salvador que vuelva para darle un nombre a la EMPERATRIZ INFANTIL que está gravemente enferma. Sólo un humano puede dárselo y Atreyu, después de pasar pruebas por las tres puertas ve a Bastián leyendo reflejado en un espejo.
Los héroes de esta historia son niños pero el que más crece es Bastián quien hace un camino de aprendizaje a través del mundo de la fantasía, va incrementando su poder y pide aumentar su belleza. Tiene logros excelentes y consigue salvar a Fantasia, sin embargo la soberbia se va apoderando de él y por eso olvida sus orígenes y la amistad con Atreyu, dejándose llevar por las murmuraciones de la hechicera Xayide.
Las palabras de Bastián, que pudieron salvar a la Emperatrz infantil, son capaces de crear nuevas historias y eso lo hace sentirse importante, como un pequeño dios.
Lo interesante de esta novela es que el narrador no construye a los personajes principales como seres sólo buenos o malos. Bastián tiene defectos, está a punto de quedar atrapado por su egoísmo y Atreyu le demuestra cuánto más valiosa es la amistad que el poder, así Bastián recupera la cordura. Luego puede volver al mundo real y reconciliarse con su papá y devuelve el volumen del señor Koreander quien antes había vivido lo mismo que él.
Por eso la historia interminable, será siempre interminable , porque espera que otro abra sus páginas para introducirse en el mundo de la fantasía.
Si bien Ende no quiso escribir una novela con moraleja, como suelen tener las obras para chicos, es posible darse cuenta de que la soberbia, el egoísmo y la vanagloria casi hacen que Bastián se pierda en el olvido, como los emperadores antiguos y eso puede ser tomado como ejemplo.